El SAT prepara ya cambios fiscales

LA PREMISA ES CUIDAR LAS FINANZAS PÚBLICAS

 EL ECONOMISTA.- Aristóteles Núñez afirma que no se pondrá en riesgo el ingreso de las familias.

 El jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez, adelantó que el gobierno ya analiza la posibilidad de generar un paquete de modificaciones al régimen fiscal, siempre y cuando las propuestas no afecten la estabilidad macroeconómica del país.

“El próximo año tenemos la premisa de cuidar las finanzas públicas ante un entorno económico mundial complicado y lo primero que tenemos que hacer es asegurar que no se ponga en riesgo la estabilidad macroeconómica y que no afecte a la economía de las familias”, dijo.

En el marco del Foro Internacional de Tributación Digital, organizado por la Secretaría de Hacienda, en colaboración con la Amexipac, precisó que el ejercicio que realizan las autoridades tiene como eje rector no afectar la fuente de ingreso del país; ello tendría complicaciones en el bolsillo de las familias.

Núñez insistió en que para conocer los cambios en materia tributaria o incentivos fiscales para atraer la inversión (hasta el momento no hay nada definitivo) se tendrá que esperar a la entrega del paquete económico del 2016, misma que se tiene prevista antes del 8 de septiembre al Congreso de la Unión.

En entrevista posterior, descartó la posibilidad de que regrese al esquema fiscal el timbre fiscal ni el pago anónimo de impuestos. Además, aseguró que en el 2016 no se registrará una caída en la recaudación tributaria provocada por factores internacionales que golpean la economía nacional.

Vale recordar que desde finales del 2014 diversos organismos empresariales y economistas han culpado a la reforma fiscal de haber inhibido la inversión y limitar el bolsillo de los mexicanos; por ello, en la antesala de la entrega del paquete económico, le han hecho llegar a la Secretaría de Hacienda diversas propuestas para reactivar la economía.

Entre ellas destacan la deducibilidad a 100% de las prestaciones sociales, deducción inmediata de inversiones, reducir la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) e incluso gravar con un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16% los alimentos y medicinas.

Mayor recaudación compensa efecto petrolero

Núñez reconoció que los bajos precios del petróleo seguirán afectando el desempeño de las finanzas públicas y ello ha ocasionado que el crecimiento económico sea menor a lo esperado; sin embargo, dijo que el 2015 le ha dejado una gran experiencia a la recaudación tributaria.

Muestra de ello es que las arcas federales -a julio del 2015- registran un crecimiento mayor de 20% en lo referente a la recaudación tributaria, cifra que representa 247,000 millones de pesos más de lo programado en la Ley de Ingresos del 2015.

“Los contribuyentes mexicanos están pagando sus impuestos y están permitiendo aminorar la caída de la fuente petrolera y su producción; afortunadamente, los contribuyentes están dando la cara por México”, sostuvo.

Para el jefe del brazo fiscalizador de Hacienda, un factor que ayudó a incrementar la recaudación es la facturación electrónica; al mes de julio, el fisco tiene un registro de 3,500 millones de comprobantes emitidos, “una herramienta que ayuda a clasificar a los contribuyentes”, dijo Lizandro Núñez, administrador general de Recaudación en el SAT.

En puerta, ley FATCA

Aristóteles Núñez mencionó que para el intercambio de información con la entrada en vigor de la ley FATCA ya se realizan pruebas piloto, incluso con Estados Unidos, a través de archivos tecnológicos que tienen las mismas características de una factura electrónica.

“Son extensiones XLM que permitirán con estándar y seguridad poder recibir la información y también enviarla”, comentó.

Al mismo tiempo, explicó que el FATCA permitirá enviar y recibir información de los sujetos que de acuerdo con la ley (convenio que se suscribe con EU) se pueden compartir para efecto de reconocer quién tiene inversiones o fondos invertidos en el país vecino.

“En septiembre se hará el primer intercambio de información y a partir de ahí se hará de forma cotidiana y constante. Será información de lo que se tenga en las instituciones financieras de ambos países; los estadounidenses con cuentas en México deberán tener más de 50,000 dólares en promedio al año”, agregó.

En el caso de los mexicanos que tengan cuentas en el extranjero y que tengan intereses recibidos en el año inmediato interior o en el vigente, reveló, la fiscalización de sus cuentas será a partir de 10 dólares.

Bajo este tenor, Núñez agregó que el siguiente mes la autoridad fiscal empezará a cuidar la información para efecto de programar auditorías en el 2016.

karla.gomez@eleconomista.mx

 

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