«El régimen fiscal de Pemex es económicamente irracional, financieramente insostenible y no tiene comparación internacional», asevera el especialista, quien detalla que la paraestatal mexicana tributó 67.4% de sus ingresos en el 2012, que resultan excesivos si se comparan con su similar noruega, Statoil (que pagó 19%), con la colombiana Ecopetrol (11%) o con la venezolana PDVSA (39.9 por ciento).
Huerta detalla que si a Pemex se le hubiera aplicado una carga fiscal similar a la de la brasileña Petrobras, hubiera pagado 300,000 millones de pesos y no los más de 900,000 millones de pesos que entregó a Hacienda el año pasado, lo que implica que está tres veces encima de la brasileña en tributación, por lo que en el primer semestre del año llevaría 144,000 millones y no los 432,000 millones que ha tributado.
El especialista explicó que el régimen fiscal de Pemex consta de 11 derechos, cuatro impuestos y otros cargos como multas y retenciones, que en total suman 20 rubros diferentes, por lo que sólo por concepto de un solo derecho paga 634 millones de pesos al iniciar el año, más
4,443 millones cada semana.
El régimen fiscal de Pemex ha llevado a la empresa a un rezago en la inversión que realiza para su operación, por lo que en los últimos 20 años ha invertido sólo 9.6 dólares por cada 100 que obtiene de ingresos, mientras que para Petrobras la inversión ha sido de 33 dólares por cada 100 dólares de ingresos en el mismo periodo.
Tras la reforma del 2008 se otorgó al Consejo de Administración de la empresa la facultad de aprobar el presupuesto anual para su operación, que para el 2013 fue de 510,000 millones de pesos; sin embargo, el artículo 11 A, del Reglamento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria acotó este derecho estableciendo que tras la petición de Pemex, la autoridad fiscal debe evaluar el presupuesto, por lo que para este año se le recortaron a Pemex 33,000 millones de pesos, según Carlos Huerta.