Sostuvo que «la sociedad se pronuncia por el fin a la simulación», que se refiere a la salida fácil a los grandes problemas del país y la de medidas parciales en lugar de las transformaciones de fondo.
Debe terminar la simulación de los legisladores, quienes saltando de un cargo a otro presentan iniciativas con profundos impactos para las personas y las empresas, sin rendirles cuentas ni consultarlas, subrayó.
La crisis en el Seguro Social no se debe a la cotización obrero-patronal, sino a un contrato colectivo absurdo, a las altas prestaciones que otorga con relación a la baja calidad de los servicios que presta, y especialmente a medidas populistas y parciales «como las que hoy rechazamos, que han agravado su situación financiera postergando años a la solución real».
Cortoplacista
Reiteró su rechazo a la iniciativa priista por ser una medida parcial y cortoplacista, que sólo afecta a las organizaciones que ya contribuyen a la seguridad social, aunque reconoció que la situación financiera del Instituto debe ser corregida y enmendada urgentemente.
Con esta iniciativa hoy se quita ingreso a los trabajadores para regresárselos en forma de servicios de baja calidad o en paquetes para su jubilación, sin haber consultado ni rendido cuentas a los propios empleados o a las empresas, que son quienes aportan entre 80 y 90% de las cuotas al Instituto.
Dijo que ésta es la quinta reforma a la cuota obrero-patronal de los últimos 30 años para fortalecer al IMSS, y las cuatro últimas han probado su ineficacia.
La reforma que se propone es un rescate financiero a una institución pública mal administrada, aseveró.