Aparte, el socio de la práctica de capital humano y obligaciones de KPMG, Pablo Noreña, explicó que el problema de México no es la tasa, sino la baja base de contribuyentes.
«Aquí lo interesante no es el porcentaje de la tasa, sino el tamaño de los contribuyentes aportantes y ahí es donde México ha tenido un desempeño difícil al compararlo con otros países. La base de contribuyentes de la economía formal es muy chica. Lo interesante es cómo poder ampliarla», precisó.
LAS ALTERNATIVAS
Los especialistas coincidieron en que por la proximidad de la baja en la tasa gravable del ISR para el año próximo, es de esperarse una baja en la recaudación del gravamen.
Para prorrogar la reducción de la tasa, se tiene que hacer una reforma que pase por el Congreso, indicó el experto de KPMG, pues se precisa la modificación de una ley. Lo ideal es que se complete una reforma fiscal integral, expuso.
«Cuando se hizo el compromiso (para reducir el ISR) no traíamos la importante caída de la producción petrolera ni había una amenaza latente de deterioro económico mundial y menores ingresos públicos. Para sostenerse en lo dicho, tendrían que armar una propuesta de recortes al gasto y ahorros capaces de compensar el menor ingreso por la recaudación del ISR», concluyó el socio de E&Y.
De acuerdo con el especialista de KPMG, la crisis financiera de los gobiernos de países desarrollados orientó la aplicación de medidas impositivas para balancear sus finanzas, por ello la tendencia mundial ha sido elevar la tasa gravable, en este caso del ISR.
Pero en el caso mexicano, lamentó, una tasa mayor no nos arrojará mayores ingresos sin una base gravable más amplia.