El economista del Fondo, Olivier Blanchard, evidenció que a diferencia de México, la actividad productiva global y de las principales economías se mantendrá en una fase de suave desaceleración.
Advirtió que los riesgos a la baja han vuelto a agudizarse, como son las mayores posibilidades de un efecto de contagio ocasionado por el deterioro de la confianza de los mercados en la periferia del euro; una débil recuperación de Estados Unidos, y un mayor deterioro de las condiciones financieras para bancos y empresas.
No obstante, precisó: “La economía mundial ha dejado atrás la Gran Recesión”.
Según sus pronósticos actualizados, el PIB mundial alcanzará un crecimiento de 4.3%, esta expectativa incorpora una corrección a la baja respecto de 4.4% esperado en abril pasado.
Este deterioro incorpora la proyección de un crecimiento promedio para las economías avanzadas de alrededor de 2.7% entre el 2011 y el próximo año.
Según sus pronósticos, Estados Unidos mantendrá un débil crecimiento en lo que resta del año y durante el próximo. El problema es que en el transcurso del 2011 esta desaceleración coincidirá con la recesión de Japón.
Para Estados Unidos esperan un crecimiento de 2.5% este año, dato que incorpora el segundo recorte de las expectativas del FMI para este país.
En cambio, los emergentes y en desarrollo promediarán un crecimiento de 6.5% entre el 2011 y el 2012, que es el triple del crecimiento conjunto de las avanzadas.
No obstante, este desempeño también incorpora un retroceso respecto del promedio que lograron en conjunto los emergentes en el 2010 de 7.5 por ciento.